El empaque puede ser la primera, y a veces única, oportunidad de captar la atención del consumidor. Bajo ese contexto, las etiquetas BOPP metalizadas han ganado protagonismo en el mercado, esto porque ofrecen una combinación perfecta de impacto visual, resistencia y versatilidad. Pero, ¿qué son exactamente las etiquetas BOPP metalizadas? ¿Y por qué tantas marcas lo están eligiendo para diferenciarse? En esta nota de Imprecin te explicamos.
BOPP son las siglas de «Biaxially Oriented Polypropylene» o Polipropileno Biorientado y se trata de un material plástico muy resistente, flexible y liviano. Cuando hablamos de BOPP metalizado, nos referimos a un film de BOPP recubierto con una delgada capa metálica (generalmente de aluminio), que le otorga un acabado brillante o tipo espejo. Este recubrimiento no solo le da un aspecto sofisticado, sino que también mejora ciertas propiedades del material, como su barrera contra la humedad, el oxígeno y la luz.
Dentro de los usos comunes de las etiquetas metalizadas están, por ejemplo, los empaques de cosméticos y cuidado personal, alimentos gourmet o de alta gama, productos electrónicos y también como etiquetas para botellas de vino, cerveza y bebidas premium, entre otras opciones.
El uso de las etiquetas BOPP metalizadas va en aumento ya que dentro de sus beneficios se encuentran algunos como generar un impacto visual impresionante, su versatilidad de diseño y una durabilidad superior.
El acabado metalizado agrega un brillo llamativo que eleva la percepción de calidad del producto. Las etiquetas BOPP metalizadas reflejan la luz de manera elegante, ayudando a que el empaque destaque por sobre otros. Además, este tipo de material permite una gran variedad de acabados como mate, brillante u holográfico, y puede combinarse con colores intensos o efectos especiales como relieves o barnices sectorizados. Finalmente, las etiquetas BOPP son resistentes al agua, aceites, raspaduras y químicos, lo que asegura que estas mantengan su aspecto impecable en entornos exigentes.