Para la protección de tus productos, ya sea durante el almacenamiento o el transporte, es fundamental seleccionar el material adecuado que marque la diferencia entre una entrega impecable o una devolución por daños. Dos de los materiales más utilizados para esto son el plástico burbuja y el stretch film, pero aunque ambos se usan en embalaje, no cumplen el mismo propósito. En esta nota de Imprecin, te explicamos cuál es mejor para tu operación, según el tipo de protección que necesites.

El plástico burbuja es una lámina flexible con celdas de aire que amortiguan los impactos. Es ideal para la protección de productos frágiles o delicados, como cristalería, electrónica, cerámica o artículos de decoración. Además, su composición hace que sea excelente para la absorción de golpes y vibraciones

Dentro de los beneficios que trae el plástico burbuja, se encuentran que es un material muy fácil de manipular y cortar, no aumenta el peso del paquete y es reutilizable para varios ciclos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no sirve para compactar cargas grandes y ocupa más espacio que otros materiales.

Por otro lado, el stretch film, o film stretch, es una película plástica estirable que se usa para envolver y compactar cargas como pallets o cajas. Se adhiere a sí mismo y proporciona estabilidad, protección contra el polvo, humedad y manipulación. Es ideal para fijar y estabilizar cargas y, además, protege contra la intemperie. 

Este material tiene como gran ventaja que reduce robos y, en su color negro, tambien evita aperturas no autorizadas. No obstante, no protege contra impactos directos, puede generar exceso de plástico si no se usa de forma eficiente y se requiere técnica o una herramienta para su correcta aplicación.

En muchos casos, la mejor solución es usar ambos materiales: el plástico burbuja para envolver el producto individualmente y el stretch film para asegurar el conjunto de productos o cajas. Esto garantiza una protección 360° frente a golpes, caídas y desplazamientos durante el transporte.

No se trata de cuál es «mejor» de forma absoluta, sino de cuál se adapta mejor a tu operación logística. Si manejas objetos delicados, el plástico burbuja es irremplazable. Si necesitas mover y consolidar carga, el stretch film es tu aliado. Y si quieres llevar tu embalaje a otro nivel, combínalos estratégicamente.

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